Al igual que el expresidente marfileño Laurent Gbagbo o el exdictador sudanés Omar al Bashir, ¿dormirá algún día Vladímir Putin en una celda del centro penitenciario del Tribunal Penal Internacional? Al dictar una orden de detención contra el presidente ruso, la institución de La Haya no sólo se juega su credibilidad, sino también su futuro.