Evgeny Morozov
¿Quién ganará la batalla mundial de los algoritmos y las máquinas “discentes”? ¿Estados Unidos o China? Tras estas preguntas se oculta una realidad más pragmática. Para numerosas empresas de Silicon Valley, es una buena ocasión para hacerse con miles de millones de dólares en subvenciones públicas a costa de añadir dramatismo al pulso entre Washington y Pekín. Entre cabildeo intensivo y reminiscencias de la oposición entre bloques de antaño, la geopolítica de la inteligencia artificial también es un asunto de bolsillos llenos a rebosar.