La influencia de las redes sociales en la sociedad actual es innegable, y cada vez es mayor el número de personas que pueden acceder a ellas, lo cual ha cambiado las vías del activismo tradicional, que se han desplazado, en gran medida, de los espacios públicos a las plataformas digitales. En cuanto que forma de activismo, el feminismo también puede beneficiarse de las redes sociales, pues son una herramienta muy poderosa en manos de las mujeres y, en general, de las personas vulnerables para exponer su opinión, hacer oír su voz, compartir experiencias o anhelos y movilizar a la opinión pública. En el mundo árabe, y más concretamente en el caso de Líbano, el uso de las redes sociales ha ayudado a muchas mujeres a crecer, hablar de la violencia ejercida sobre ellas y denunciar a sus agresores, así como a los legisladores y responsables políticos. Aunque todavía queda mucho que hacer para conseguir la igualdad de género, las nuevas tecnologías se han revelado como una herramienta decisiva en esta lucha. Por ello, es necesario diseñar más y mejores estrategias para que las mujeres puedan aprovechar el potencial de las redes de forma positiva.