Vientos liberalizadores, procedentes de Estados Unidos y Japón, se ciernen sobre Europa, donde está empezando a cuestionarse el mantenimiento del tradicional monopolio de los estados sobre las Comunicaciones. En el viejo continente están surgiendo iniciativas -como lo demuestra la privatización de la British Telecom en Gran Bretaña- para diversificar la propiedad y la explotación de un sector considerado estratégico, llamado a sacar al mundo de la crisis generalizada que padece. ¿Se trata de un temporal que desafía al «status quo» de la mayoria de las economías de mercado del mundo?