El conflicto armado en Ucrania no es un mero conflicto ruso-ucraniano. Con la llegada de Biden a la Presidencia de los Estados Unidos, ya se respiraba un aire de conflicto que, por las causas expuestas en este estudio, llevaron a la invasión del 24 de febrero, que pasará a la historia no solo del continente europeo, y Rusia es Europa, sino a nivel mundial. La invasión rusa desencadenada por la «Operación Militar Especial» es una reacción a una serie de acontecimientos que se fueron fraguando desde el cambio de siglo con unos fines muy concretos, que consistían en debilitar a Rusia, tanto a nivel económico, como político y militar. Una coalición de Estados denominados democráticos se oponen a Rusia, aunque lo que buscan no es la defensa de las libertades y la protección de los derechos humanos, sino la estrangulación de Rusia. Esta coalición «democrática» y también bélica, supone una cobeligerancia «de facto» ejemplar, cuando no «de jure», sobre todo si se toma en consideración el desarrollo tecnológico actual
The armed conflict in Ukraine is not merely a Russian-Ukrainian conflict. With the arrival of Biden to the Presidency of the United States, there was already an air of conflict in the air which, for the reasons set out in this study, led to the invasion of February 24, which will go down in history not only on the European continent, and Russia is Europe, but worldwide. The Russian invasion unleashed by the «Special Military Operation» is a reaction to a series of events that were being forged since the turn of the century for very specific purposes, which were to weaken Russia, both economically, politically and militarily. A coalition of so-called democratic states are opposed to Russia, although they are not seeking to defend freedoms and protect human rights, but to strangle Russia. This «democratic» and also warlike coalition is an exemplary «de facto» if not «de jure» cobelligerence, especially if one considers current technological developments.