La primera consecuencia de la revolución cibernética, que estamos viviendo, es el paro, el cual se espera se acepte como una liberación. El problema, entonces, se plantea en la forma de ocupar el ocio. Respecto a la educación se habla de la posibilidad futura de imprimir en el cerebro conocimientos y sensaciones sin necesidad de haber realizado tales experiencias previamente.