Tras los primeros efectos derivados de la pandemia, los Gobiernos de todo el mundo se vieron obligados a adoptar medidas urgentes para tratar de contener las consecuencias económicas del confinamiento y, más tarde, a plantear otras de mayor calado con el fin de minimizar el impacto negativo de la crisis. Muchos países han optado por replantear su modelo económico vigente, el enfoque de su política económica y la orientación de sus políticas públicas en el medio plazo. En este contexto de incertidumbre, este trabajo propone una reflexión sobre si estamos frente a un nuevo cambio de paradigma en el papel que debe desempeñar el Estado en la economía o si, por el contrario, nos encontramos ante una simple reacción de las autoridades económicas a un desafío coyuntural, cuyo único propósito es salvar la situación inmediata, para luego retornar a un modelo similar al anterior a la crisis. El texto analiza la orientación que se dio a la política económica en los primeros momentos de la crisis y las directrices de los programas de reconstrucción emprendidos después, tanto por la UE como por el Gobierno de EE. UU., así como de las tendencias actuales de sus políticas públicas. Finalmente, se plantea qué enseñanzas deberían haberse aprendido con la última crisis y cómo deberían servir de guía para el diseño de las políticas públicas de cara al futuro, así como los posibles riesgos y obstáculos a los que los Gobiernos deberían prestar atención para que la recuperación económica sea lo más eficaz, rápida y justa posible.