City of Kalamazoo, Estados Unidos
Lancaster, Reino Unido
La gestión de la comunicación en los hospitales se ha convertido en un aspecto crucial de la atención al paciente; sin embargo, a los pacientes a menudo les cuesta leer y entender el material médico. Los problemas provocados por la falta de estandarización, el uso de la jerga médica, la dependencia de tecnología obsoleta, la mala coordinación entre el personal de salud, y la escasez de trabajadores en este sector generan problemas de comunicación, retrasos y errores en la atención al paciente. Al profesionalizar la comunicación, los hospitales pueden mejorar la atención al paciente y los resultados médicos, e incluso reducir los costes. Este artículo de opinión compara los métodos de comunicación actuales con el uso de la tecnología ChatGPT para explorar si puede mejorar la eficiencia y la precisión de la comunicación en entornos de atención médica y, por lo tanto, mejorar la atención al paciente. Si bien las herramientas de procesamiento del lenguaje natural (PLN) como ChatGPT y otros contenidos generados por inteligencia artificial (AIGC) tienen un enor-me potencial en la atención médica, no deben usarse únicamente como sustitutos de los seres humanos y, por lo tanto, deben utilizarse con precaución.
Hospitals’ use of communication is a crucial aspect of patient care, yet medical material is often hard to read and understand for patients. Issues related to lack of standardization, use of jargon, reliance on outdated technology, poor coordination between health personnel, and shortage of healthcare workers lead to miscommunication, delays, and errors in patient care. By improving communication, hospitals can improve patient care and outcomes, and perhaps lower costs. This opinion piece compares current communication methods with the use of ChatGPT technology to explore whether ChatGPT can improve the efficiency and accuracy of communication in healthcare settings and, hence, improve patient care. While natural language processing (NLP) tools such as ChatGPT and other artificial-intelligence-generated content (AIGC) have tremendous potential to be very useful in healthcare, they should not be solely used as a substitute for humans and should therefore be used with caution.