2022 prometía ser el año de la vuelta a la normalidad y así lo fue durante las primeras semanas. La pandemia por fin había quedado atrás y todos, absolutamente todos, y en todos los sectores, anticipaban un año de ilusión. Sin embargo, el 24 de febrero estallaba un conflicto internacional que volvería a poner el mundo patas arriba. Ese día, Vladimir Putin decidía invadir Ucrania y tal decisión tuvo, y sigue teniendo, consecuencias considerables sobre la economía. Hablamos de un conflicto que mientras escribimos estas líneas sigue vigente y del cual no se sabe cuándo puede tener su final. Mientras, habrá que seguir lidiando con una incertidumbre a la que muchos, por no decir todos, ya nos hemos acostumbrado, y de la que hemos aprendido a sacarle el máximo partido