Resulta paradójico que, a pesar del bajo índice de lectura de prensa diaria en España, nazcan nuevas cabeceras como la de «El Mundo», aparecida a finales del 89, o la próxima aparición en primavera de «El Sol», de ámbito nacional, o el diario «Madrid», de carácter local, que salió con un número fantasma a primeros de enero de este año. Según un informe de la UNESCO, la difusión de la prensa en España es de 80 ejemplares por mil habitantes, tres veces menor que la media europea, lo que supone encuadrar a nuestro país en áreas de subdesarrollo informativo.