La directiva adoptada por los ministros de la CE no ha hecho sino dar paso al inicio de una batalla que promete ser larga y en la que los doce Gobiernos y funcionarios comunitarios pelearán por cómo y cuánto regular el nuevo mercado. Un mercado que facturará este año 12 billones de pesetas, sobre el que están al acecho estadounidenses y japoneses y que puede seguir durante varios años fragmentado.