Francisco Valiente Martínez
El auge de las nuevas tecnologías ha propiciado una revolución en la comunicación humana, que ha pasado a ser global, masivamente multilateral y esencialmente digital. Regular la actividad online es indispensable para proteger a los internautas, pues las grandes empresas multinacionales propietarias de las aplicaciones que predominan en Internet diseñan unas políticas de uso que condicionan el ejercicio de nuestros derechos fundamentales, de un modo muy particular nuestra libertad de expresión. Las distintas alternativas para regular el funcionamiento de los proveedores de estos servicios y conseguir un modelo normativo equilibrado y viable a nivel internacional es, por lo tanto, un reto que no puede posponerse más.
The rise of new technologies has led to a revolution in human communication, which has become global, massively multilateral and essentially digital. Regulating online activity is essential to protect Internet users, as the large multinational companies that own the main social networks design conditions and policies of use that limit the exercise of our fundamental rights, particularly our freedom of expression. The various alternatives for regulating the operation of Internet service providers and achieving a balanced and viable regulatory model at international level is a challenge that cannot be postponed any longer.