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Este artículo discute la situación de Mauricio en la configuración geopolítica poscolonial del océano Índico. Este Estado insular fue primero una colonia británica y obtuvo su independencia en 1968. En esa época, el archipiélago de Chagos, que hacía parte del territorio de la isla, fue extirpado de Mauricio. Después de la independencia, Mauricio se enfrentó continuamente a la Guerra Fría entre Occidente y la antigua Unión Soviética, al tiempo que pedía la descolonización del archipiélago sobre el cual Mauricio afirma tener soberanía. En el contexto actual, existe una nueva configuración geopolítica que ha visto el surgimiento de países en desarrollo como China e India como nuevas naciones emergentes que buscan ejercer influencia tanto militar como económica en la región. En lo que concierne a China, hay un gran avance con el desarrollo del Cinturón Marítimo de la Seda, mientras India persigue el sueño de mantener el poder en un océano que lleva su nombre. Desde la perspectiva mauriciana, aún queda el objetivo de terminar con la descolonización de Chagos, mientras se enfrenta a la influencia de las nuevas potencias que dominan el contexto geopolítico actual. También existe el problema para Mauricio de mantener lazos políticos con potencias emergentes como China e India, al tiempo que mantiene sus relaciones históricas con Occidente. El nuevo paradigma, en consecuencia, establece un argumento complejo en la nueva configuración geopolítica.
This paper aims to discuss the situation of Mauritius in the post-colonial geopolitical configuration of the Indian Ocean. The island nation, a former British colony that has been independent since 1968, is today confronted with geopolitical issues that place it within a dilemma. Its recent allegiance with India, through preferential trade partnership, makes claiming sovereignty over the Chagos Archipelago which was part of its territory before independence complicated. There is in an ongoing conflict with Great Britain and, indirectly, the United States on this contentious issue. At the same time, Mauritius needs to consider China’s influence in the region since it partners with most of the independent nations on matters of economic development. Mauritius itself has established an important trading platform through Chinese assistance. Concurrently, the Mauritian relationship with the United States cannot be compromised as it has been the major trading partner since 1794 with an embassy established in 1968. Hence, trapped between economic ties from all the partners engaged in the Indian Ocean, Mauritius strives to maintain its neutrality, while also being obliged to accept that its location, size and influence might not be enough to contest against past and emerging superpowers. To this end, the power games remain as complex as ever in the Indian Ocean when seen from a Mauritian perspective.
