Este trabajo analiza el comportamiento laboral de dos segmentos de migrantes -uno, proveniente de las provincias argentinas y el otro de países limítrofes- en el Gran Buenos Aires durante el decenio de 1990. Sus trayectorias laborales difirieron: aumentó la actividad económica de los migrantes limítrofes y se extendió el "no trabajo" de los migrantes internos. Operó un proceso de sustitución de migrantes internos por limítrofes: éstos permanecieron en ocupaciones precarias y mal remuneradas, mientras que los internos engrosaron el contingente de "pobres estructurales", sin ocupación, con inserción laboral ocasional, y con pocas posibilidades de mejorar su situación en un futuro cercano.