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Los actos subversivos y terroristas que se pretendían desplegar con la materialización de la conjura de Catilina, provocaron la activación de un mecanismo de excepción -el senatus consultum ultimum- que dotaba a los cónsules de poderes prácticamente ilimitados para restaurar el orden de la República. Desde su alumbramiento en época de los Gracos, este decreto de protección, alternativo al nombramiento del dictator que predominó en épocas pasadas, estuvo ya ennegrecido por el cuestionamiento de su encaje constitucional, pues suponía la suspensión de las garantías jurídicas de los ciudadanos en aras de la seguridad pública, justificándose con ello el empleo de actos represivos de cualquier índole por parte de sus ejecutores. Entendido por unos como el último recurso necesario para garantizar la supervivencia de la comunidad y de su orden establecido, y por otros, como una extralimitación antijurídica de la plutocracia romana para asegurar su estabilidad y permanencia, su utilización sobrevino necesaria para aplastar el terrible golpe de Estado que unos extremistas pondrían en marcha en las postrimerías del año 63 a.C., de no ser detenidos.
The subversive and terrorist acts that were intended to unfold with the materialization of the conspiracy of Catilina, triggered the activation of a mechanism of exception -the senatus consultum ultimum- which gave the consuls practically unlimited powers to restore the order of the Republic. Since its birth in the time of the Gracchi, this decree of protection, alternative to the appointment of the dictator who predominated in past times, was already blackened by the questioning of its constitutional protection, as it meant the suspension of the legal guarantees of citizens for the sake of public security, justifying the use of repressive acts of any kind by its executors. Understood by some as the last resort necessary to ensure the survival of the community and its established order, and by others, as an unlawful excess of the Roman plutocracy to ensure its stability and permanence, its use was necessary to crush the terrible blow of State that some extremists would set in motion at the end of the year 63 BC, if they are not stopped.
