La Directiva 2001/29/CE enuncia la protección de los derechos de reproducción, de comunicación y de distribución. Su novedad radica en las excepciones que dispone y hace primar el contenido económico del derecho de autor sobre el contenido moral, derecho éste que no contempla, remitiéndose a disposiciones nacionales e internacionales sobre la materia. No prevé los instrumentos necesarios para su debida aplicación.