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Javier Badenas Boldó
La controvertida, y más que conocida, Ley 8/2021 para el apoyo de las personas con discapacidad, alineó el ordenamiento jurídico español con la Convención Internacional de Nueva York sobre los derechos de las personas con discapacidad de 2006. La referida ley acabó con la tutela, además, y en adelante, la capacidad jurídica ya no puede suprimirse ni modificarse, basando su idea central del nuevo sistema en que, quienes tendrán derecho a tomar sus propias decisiones, serán las personas con discapacidad. No obstante, la nueva ley, no solo instaura un nuevo sistema, sino que, también promulga toda una serie de medidas discutidas, como la supresión del principio del interés superior del discapacitado o la sustitución de la capacidad de obrar por la capacidad jurídica, así como la supresión de la figura del tutor reservada a los menores de edad. Sin embargo, ¿existe realmente, en la práctica, un cambio con el sistema anterior?, ¿el legislador español ha observado detenidamente nuestro Derecho histórico?
The controversial and well-known Law 8/2021 for the support of persons with disabilities aligned the Spanish legal system with the 2006 New York International Convention on the Rights of Persons with Disabilities. The aforementioned law put an end to guardianship, moreover, and from now on, legal capacity can no longer be abolished or modified, basing its central idea of the new system on the fact that those who will have the right to make their own decisions will be the persons with disabilities. However, the new law not only establishes a new system, but also enacts a whole series of controversial measures, such as the suppression of the principle of the best interests of the disabled person or the substitution of the capacity to act for legal capacity, as well as the suppression of the figure of the guardian reserved for minors. However, is there really, in practice, a change from the previous system, and has the legislator taken the trouble to study our historical law?
