Granada, España
La crisis sanitaria generada por la pandemia ha dejado al descubierto problemas estructurales de nuestro modelo de atención a la ciudadanía. El escenario actual es el de una multiplicidad de servicios autonómicos de salud que son susceptibles de albergar diferencias territoriales en materia de prestaciones sanitarias. Nuestra Constitución ampara la disparidad territorial manifestada en una mayor o menor oferta de prestaciones sanitarias cubiertas por el sistema público, pero es en la concreción de los límites donde cobra especial relevancia la labor del Estado a la hora de elaborar la legislación básica y coordinar el sistema en su conjunto. La política de salud ha de estar orientada a superar los desequilibrios sociales y territoriales, lo que requiere un intenso esfuerzo de implementación de mecanismos eficaces de coordinación y cohesión. Los mecanismos de coordinación previstos legalmente siempre han adolecido de graves deficiencias y no se ha cumplido el objetivo de superar los desequilibrios territoriales y sociales. Las prestaciones sanitarias sobre las que se observan más desigualdades territoriales son las listas de espera; la atención primaria y especializada; las dotaciones de aparatos de Alta Tecnología Médica-ATM; la oferta geriátrica y la oferta de psiquiatría. Las propuestas de mejora que se plantean en este estudio son: reforzar al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y repensar sus funciones; fortalecer los servicios de referencia; blindar presupuestariamente con cuantías adecuadas tanto el Fondo de Cohesión Sanitaria como el Fondo de Garantía Asistencial; y avanzar en la construcción de la noción de “interés colectivo sanitario” nacional, comunitario e internacional, fundamentado en políticas preventivas y no solo reparadoras.
The health crisis generated by the pandemic has exposed structural problems in our model of care for citizens. The current scenario is that of a multiplicity of autonomous health services that are susceptible to territorial differences in terms of health benefits. Our Constitution covers the territorial disparity manifested in a greater or lesser supply of health benefits covered by the public system, But it is in the concretion of the boundaries that the work of the State in drafting basic legislation and coordinating the system as a whole takes on particular importance. Health policy must be aimed at overcoming social and territorial imbalances, which requires an intense effort to implement effective coordination and cohesion mechanisms. The coordination mechanisms provided for by law have always suffered from serious shortcomings and the objective of overcoming territorial and social imbalances has not been met. The health benefits for which territorial inequalities are most evident are waiting lists; primary and specialized care; provision of high-tech medical-ATM equipment; geriatric provision; and provision of psychiatry. The proposals for improvement proposed in this study are: To strengthen the Interterritorial Council of the National Health System and to rethink its functions; to strengthen the reference services; to protect both the Health Cohesion Fund and the Health Care Guarantee Fund with adequate amounts in budget; and to move forward in the construction of the notion of “collective health interest” national, community and international, based on preventive and not only remedial policies.