Este artículo analiza algunos de los resultados que parecen más destacables de la investigación científica sobre bienestar subjetivo (BS) en la infancia y la adolescencia las últimas dos décadas, cuando se han utilizado muestras representativas a nivel poblacional. Se ha puesto énfasis en los resultados más inesperados y en los hallazgos que no hubieran sido posibles sin dar credibilidad a los niños y niñas como informantes clave de sus propias vidas, así como en la comparabilidad intercultural. Se repasa someramente el contexto histórico del estudio del BS en general, destacando el enorme retraso con que ha evolucionado el del BS infantil en comparación con el de los adultos. El trasfondo de esta situación se señala que puede estar en la escasa relevancia que se da a menudo a la población infantil en el contexto político, y, en consecuencia, al poco interés para que haya disponibilidad de indicadores sociales subjetivos sobre la situación de la infancia a nivel poblacional. Por ello, se insiste en la importancia y utilidad de este tipo de indicadores para la toma de decisiones políticas. También se revisa el tipo de datos que ya están disponibles en algunos organismos internacionales y en otros contextos, para ilustrar sus potencialidades, el lento pero progresivo aumento de su producción y análisis, y sus limitaciones actuales, inseparables de los retos pendientes de afrontar en el futuro próximo por parte de los investigadores, los políticos y la sociedad en este campo. Se concluye con una reflexión sobre lo importante que es para niños, niñas y adolescentes sentirse escuchados incluso por los investigadores científicos, y constatar que no solo nos interesan sus problemas, sino también los aspectos positivos que impregnan sus vidas, como su satisfacción vital y su bienestar subjetivo.
This article analyzes some of the considered most outstanding results of the scientific research on children’s and adolescents’ subjective well-being (SWB) the last two decades when representative samples at population level are used. Emphasis has been placed on the most unexpected results and on findings that would not have been possible without giving children credibility as key informants in their own lives, as well as on cross-cultural comparability. The historical context of SWB studies in general is superficially revised, pointing out the huge evolving delay of children’s SWB studies in comparison with adults’ SWB studies. It is suggested that the background of this situation may be related to the low relevance given to the children’s population in the political context, and, consequently, to the low interest of having availability to subjective social indicators on childhood at population level. Consistently, the utility and importance of such indicators for decision-making is underlined. Availability of that kind of data in some international organizations and in other contexts is also revised, illustrating its potentialities, the slow but progressive increase of its production and analysis, and its present limitations – which cannot be separated from the pending challenges for researchers, policymakers, and the society in the next future. The article is concluded with a reflection on how important is for children and adolescents the fact of feeling listened to —even by scientific researchers— and verifying that we are not only interested in their problems, but also in the positive aspects that pervade their lives, such as their life satisfaction and their subjective well-being.