Tribunal de Bobigny, 8 de noviembre de 1972. La abogada Gisèle Halimi llama a Paul Milliez a testificar en favor de Michèle Chevalier, acusada, junto con otras tres mujeres, de haber ayudado a su hija Marie-Claire a abortar. “Si la señora Chevalier hubiera venido a buscarme, seguramente le habría ayudado”, afirma el famoso profesor de medicina, católico practicante y contrario a la legalización del aborto. En las semanas posteriores a esa declaración, decisiva en el desenlace del juicio que, en 1975, contribuirá a autorizar la interrupción voluntaria del embarazo en Francia, Paul Milliez recibió cientos de cartas. Ataques de compañeros, mensajes de apoyo, comentarios filosóficos… Pero también cartas de mujeres desesperadas, que imploran su ayuda. Documentos inéditos, extractos de los cuales reproducimos aquí.