El edadismo es la discriminación de las personas por su edad y representa un mal de nuestro tiempo que perjudica a millones de personas por el simple hecho de ser añosas. El edadismo se basa en la adopción de prejuicios sobre la ancianidad, en la discriminación en el acceso a determinados recursos que deberían estar disponibles para todos en condiciones de igualdad y en el fomento de estereotipos sociales sobre la vejez y el envejecimiento; pero, sobre todo, se basa en una evitable falta de imaginación moral sobre el modo adecuado en que hay que tratar con igualdad a las personas mayores.