Indalecio Prieto, líder socialista, se caracterizó por su pragmatismo político. Este posibilismo político le obligó a enfrentarse con el segmento más extremista de su partido. Sus ideales son la justicia y la libertad, factores determinantes de toda sociedad moderna, que sólo pueden realizarse si desaparece el egoísmo capitalista y la insolidaridad de los privilegiados. Prieto no concebía la libertad sin igualdad universal.
Prieto no fue un ideólogo, pero tuvo una gran capacidad para analizar la realidad y por eso no admitió el comunismo, porque éste niega la libertad y Prieto era partidario de las libertades democráticas. Su posibilismo político se materializa en la confección del Estatuto Vasco, un intento de descentralización administrativa sin renunciar a la unidad del Estado.