Para el protectorado español en Marruecos, 1927 representó el tránsito de una etapa colonial-militar a otra de "pacificación". Tan rotundo éxito no pudo consolidar a la ya cuestionada dictadura primorriverista, sólo dejó al descubierto la diversidad de posiciones de civiles y militares sobre el futuro del territorio, la incapacidad para dar respuesta a los problemas nacionales y magrebíes, el desplazamiento de la Corona, etc. Fue "el principio del fin" de la dictadura y no solo de "la cuestión de Marruecos", como la mayor parte de la prensa madrileña publicó.