En Navarra, hacia 1962, comenzó sus actividades la empresa minera POTASAS DE NAVARRA, de propiedad estatal. Tuvo una plantilla de unos 2000 trabajadores, y un sindicalismo clandestino que hizo de los mineros la punta de lanza de la lucha contra el franquismo bajo la dirección de la ORGANIZACIÓN REVOLUCIONARIA DE TRABAJADORES (ORT) agrupación comunista de carácter marxista-leninista. Una huelga de 102 días acompañada de un encierro en la mina fueron sus mayores gestas, contestadas desde el régimen-con una cruel y desproporcionada represión.