Eliane Ilundain, Jesús Balduz
A través del análisis de la implantación del Catastro en el Estado y en Navarra, el artículo pretende destacar la problemática paralela de las dos administraciones, al enfrentarse ambas a las presiones de las oligarquías que se negaban a cualquier investigación catastral que pusiese al descubierto la riqueza real imponible. En 1887, Navarra logró sin embargo adelantarse a las medidas del Estado con la implantación del Catastro como sistema evaluatorio de las fuentes tributarias de su territorio.
Por otra parte, el análisis cuantitativo de las Hojas de Riqueza confeccionadas por la Diputación a partir de 1888 ha permitido también la realización de un breve estudio sobre la evolución de la riqueza en Navarra hasta 1941. De tradición agraria, la provincia fue desarrollando lentamente desde principios de siglo la riqueza urbana ligada al proceso de industrialización, destacando al final del período el distrito de Pamplona como fuente más importante de riqueza imponible de todo el territorio.