Mary Ann Glendon
Platón tuvo una desafortunada experiencia personal de la cosa pública. Quizás por ello escribió las Leyes, diálogo en donde uno de los personajes, el ateniense, lleva continuamente el debate a la idea de que el objetivo de la ley es guiar a los ciudadanos hacia la virtud, hacerlos nobles y sabios. El gran filósofo griego insiste en que el buen gobierno no puede darse por sentado y en que la razón es la clave del avance: «No puede ser una casualidad que el nombre de esta institución tan maravillosa, la ley (nomos), se relacione de forma tan sugerente con la razón (nous)».