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El Real Decreto Ley 24/2021 ha modificado una vez más la Ley de Competencia Desleal para ajustarla a la Directiva 2005/29/CE, esta vez con el objeto de introducir en el Derecho interno los cambios que en la Directiva introdujo la Directiva (UE) 2019/2161. La modificación de la LCD afecta a no pocos aspectos, pero, considerada en su conjunto, tiene un alcance sistemático y sustantivo menor. Ante todo, la transposición de la Directiva no presenta divergencias significativas, aunque existe alguna de detalle que puede ser superada sin dificultad. Por otra parte, se mantiene la opción por la disgregación del tratamiento de las prácticas comerciales desleales, que grosso modo ubica en la Ley las normas sustantivas de conducta y deja para la Ley de Consumidores los aspectos relativos a la concreción de la información que debe proporcionarse y el tratamiento de las prácticas comerciales desleales como ilícitos administrativos. En fin, la reforma aborda prácticas que no son especialmente graves consideradas individualmente, pero que afectan a numerosos consumidores y por ello debilitan la confianza en la eficacia del sistema de protección de los intereses de los consumidores e incluso las comunicaciones comerciales en general, con el consiguiente incremento de los costes de información y de transacción.
The Unfair Competition Law has been recently amended by the Royal Decree Law 24/201 to implement the EU directive on B2C commercial practices as amended in 2019 by the EU Directive 2019/2161. Consequently, a no negligible number of provisions of the Unfair Competition Law have been modified. However, taken as a whole, these many changes have had a modest systematic and substantive impact. Firstly, the amended provisions of the Law are consistent with the relevant provisions of the Directive, and no material differences with potentially serious divergences can be identified. Second, the Royal Decree Law has maintained the 2009 option to include the substantive conduct provisions of the Directive in the Unfair Competition Law, whereas the specific obligations to be observed in B2C commercial practices as well as the public law sanctions have been consistently introduced in the Consumers Protection Law. Lastly, the reform concerns B2C practices that, taken individually, can hardly be considered significantly important, but negatively affect the economic interests of many consumers and therefore may bring mistrust not only in the efficacy of the EU consumers’ protection system and even on commercial communications, rising information and transaction costs.
