Felipe Pedregosa
El aeropuerto internacional de Madrid-Barajas estuvo de triste y permanente actualidad durante los últimos meses del pasado año. Existe, al margen de accidentes y problemas de control y seguridad, un conflicto de fondo: el crecimiento del volumen de tráfico ha ido agotando la capacidad de Barajas. Esta situación, que pretende solucionarse con una ampliación del sistema de pistas, encuentra oposición tanto entre quienes piensan que se debe construir un segundo aeropuerto, como entre los que ven con recelo una ampliación que incrementase a su vez el impacto sónico que ya sufren las ciudades de su entorno.