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En un momento en el que se apunta la general constricción del fenómeno migratorio interregional, Madrid ha visto frenadas las oleadas inmigratorias imponiéndose de forma creciente el fenómeno de los movimientos migratorios interiores. Dentro de los flujos de población internos es el núcleo central, el municipio de Madrid, quien aporta mayor número de emigrantes a las otras coronas, la metropolitana y la provincial, siendo la primera la receptora por excelencia de estas corrientes migratorias interiores. Todo ello en una situación de enorme diversidad demográfica en el interior de la Comunidad madrileña en la que coexisten zonas muy contrastadas.
