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José Luis Monereo Pérez 
Para Georges Sorel, el porvenir del socialismo (autogestionario y antiestatalista) reside en el desarrollo autónomo de los trabajadores y los sindicatos obreros. El proletariado debe adquirir plena conciencia de clase y articular una estrategia que le permita derribar todo el entramado del sistema del capitalismo. En la ideología sindicalista de Sorel, el objetivo final consistía ante todo en la autogestión por los trabajadores a través de las instituciones sindicales vertebradas en el tejido productivo. En ese objetivo de autogestión de los trabajadores el sindicato está llamado a ejercer una labor de cristalización de experiencias y una labor pedagógica. De ahí se gestará el nuevo modelo de organización social y la nueva moral de los productores como alternativa al sistema del capitalismo. Mientras el marxismo ortodoxo afirmaba los límites de la conciencia sindical haciendo del partido la institución y el instrumento determinante de la lucha de los trabajadores por una nueva sociedad, Sorel, la encuentra en el sindicalismo revolucionario y autogestionario, capaz de construir un orden que desplazaría al Estado centralizado, al sistema de partidos y a la democracia parlamentaria. El poder del trabajo se expresa en la lucha. Según Sorel el hombre es ante todo homo-faber, siendo la razón hija de la técnica. El hombre está vinculado a su condición de productor. En el desarrollo del proceso de producción reside el conocimiento de los fenómenos y los valores de referencia, no en el intelectualismo externo a la misma. Comprender es producir, de manera que el que no produce es un parásito. De ahí que el porvenir socialista resida en la constitución autónoma de una “sociedad de productores”, es decir, la verificación hasta sus últimas consecuencias de una clase que adquiere conciencia de clase “para sí”, forjada en una nueva moralidad y en el derrocamiento del Estado capitalista. Son las instituciones autónomas de los trabajadores como “clase para sí” el auténtico agente de la revolución, no los partidos políticos de vanguardia “profesionalizados”.
Georges Sorel defends that the future of Socialism (based on self-management and the idea of anti-state) is in the autonomous development of workers and trade unions. The Proletariat must acquire full class-consciousness and articulate a strategy that overthrows capitalism system. In Sorel's syndicalist ideology, the final goal consists primarily in self-management of workers unions. In this way, the union is destined to work on a crystallization of experiences and pedagogical issues. This could make possible the birth of a new model of social organization and a new morality of producers that could be an alternative to capitalism. While Orthodox Marxism affirms limits of the consciousness of unions and defends the Party as the instrument of workers' strugglefor a new society, Sorel thinks the best instrument is a revolutionary syndicalism and self-managing, because they could be capable to build a new order that could move away centralized State, parties system and parliamentary democracy. The power of work is expressed in the struggle. Sorel affirms that man is above all homo-faber, while the reason is the daughter of technique. The man is linked to its status of producer. The knowledge of phenomena and reference values do not lies on intellectualism that isexternal to it, but on the development of production process. Understanding is to produce, so the person does not produce is a parasite. That is why the socialist future is to create an autonomous society of producers. That is to verify the last consequences of a class that becomes conscious of itself and “for itself”, forged in a new morality and the overthrow of the capitalist state.The autonomous institutions of workers as class “for themselves” are the true agent of revolution and not the “professionalized” political parties.
