Tom Dwyer
La sociología se encuentra en una posición desde la que puede realizar importantes contribuciones al análisis de la producción y el control de riesgos. La ruptura del "Gran Paradigma Occidental" fundado por Descartes ha conducido al desarrollo de nuevas teorías en muchas áreas del conocimiento. Este artículo pretende localizar el espacio del que podría disponer la teoría sociológica en el desarrollo de la reconstrucción del conocimiento sobre la seguridad y la salud industrial .A nivel macro, se revisarán recientes trabajos de Giddens y Beck. Estos autores ignoran virtualmente la mayoría de las obras sociológicas llevadas a cabo sobre la producción real de los riesgos, que ocurren en los lugares de trabajo, que son los que llevan a Beck a hablar de la "sociedad-riesgo". La mayoría de la investigación sociológica se ha realizado dentro de tres tradiciones: la funcionalista, la marxista y la fenomenológica. Los trabajos desarrollados en cada una de estas tradiciones realizan diferentes tipos de contribuciones a la comprensión de la producción de riesgos. Ninguna tradición de forma singular ha logrado ser dominante. Desde las fronteras de las disciplinas que tradicionalmente se han encargado del control de riesgos: la ingeniería de seguridad, la medicina industrial o del trabajo, la psicología y la ergonomía, se están buscando nuevos enfoques para el análisis y el control de los riesgos; algunos hablan de la necesidad de un nuevo paradigma. Aquí la mayoría de las reflexiones apunta hacia el desarrollo de la comprensión del trabajo y de las personas trabajando, lo que es compatible con la tradición fenomenológica y con la sociología del trabajo. La sociología puede hacer importantes contribuciones en tres áreas particulares: el diagnóstico de causas, el desarrollo de un rol cínico y, de forma especulativa, una sociología teórica y metodológicamente sofisticada de los riesgos que puede tener como resultado el desarrollo de modelos predictivos. De esta forma se han abierto perspectivas interesantes para el desarrollo teórico y, con probabilidad, nuevos puestos de trabajo para los licenciados en sociología.