Barcelona, España
Tras un somero recordatorio del hecho, a menudo olvidado, de que la cultura no es una realidad social sino tan solo un concepto, el artículo pretende argumentar en pro de la inexistencia de tal entidad (a pesar de las apariencias). La pregunta principal a la que se intenta responder es cual es el papel ideológico que tiene la idea de cultura, es decir ¿qué efectos de construcción de realidad genera? Para ello se realiza una crítica del concepto y de sus usos argumentando que tanto el concepto como su uso cotidiano entrañan prácticas de clasificación y segregación. Finalmente se aboga por la caída en desuso del concepto y por nuevas formas de pensar la diversidad humana más acordes con la posibilidad de una ética situada.