Amparo Salom Lucas
La libertad de expresión de los jueces ha sido siempre una cuestión espinosa. Es mucho más cómodo un/a juez/a que pase desapercibido, que no salga en medios y del que nadie se acuerda que uno/a que sale a la palestra a hablar de derecho o a dar su opinión en temas jurídicos. La cuestión se ha elevado a la máxima potencia en las redes sociales donde jueces y magistrados se expresan con libertad, muestran facetas de su vida privada y cuentan la verdad de la Justicia y no lo que sale en los medios. ¿La polémica está servida?