Viviana Banguero Camacho
El presente artículo es una reflexión sobre lo que ahonda en la expresión pensar-nos en referencia de lo que estamos siendo en la perspectiva de ontologías del presente, en términos de saberes ancestrales[1], pero que son la raíz misma del saber que protege la vida y sus múltiples formas de ser y habitar el mundo. Se parte de la pregunta ¿Cuáles son las pervivencias y persistencias de lo ancestral en las prácticas agroalimentarias de vida campesina como ontologías de presente? Se trata de preocupaciones enmarcadas en la línea de investigación diferencias epistémicas y subjetividades ontológicas y trabajadas desde la recopilación y escucha de los relatos de vida de mujeres memoriosas de los modos de vida campesina, concentradas en tres referentes: lo epistemológico, lo metodológico y lo político, en términos de significaciones de sentido. Se llega a cierres aperturas en los que se afirma que las relaciones y tensiones que se presentan como conflictos socio-ambientales entre el policultivo heredado y el monocultivo instalado son consecuencia de un compartir espacios y actividades dentro de un mismo territorio, pero con intereses por la vida totalmente diferentes, por lo que una acción de un sistema de producción afecta con impactos múltiples tanto a pueblos ancestrales como a la vida misma y el medio ambiente, convocando con ello hacer teoría o "ciencia propia" desde América Latina