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La atención sanitaria a los menores trans constituye un reto en el momento actual, ante el que pediatras, endocrinólogos, familias y los propios niños y jóvenes se enfrentan en un escenario cultural complejo. Por un lado, la necesidad de contactar con los servicios de salud es intrínseca al hecho de la transexualidad, hecho que se evidencia en el amplio desarrollo legislativo en los últimos años, que tienen su máximo exponente en la proposición de ley trans que recientemente ha aprobado el gobierno de nuestra nación. Sin embargo, y aunque el principal propósito es acabar con la patologización del colectivo, en el contexto de los menores de edad existen muchos problemas a analizar: ¿cuál es el mejor interés del menor? ¿quién puede otorgar el consentimiento informado y si este es válido según qué circunstancias? ¿entienden los menores y las familias que los tratamientos ofertados podrían generar dudas de eficacia y seguridad a los profesionales que los atienden o, incluso, que podrían entenderse hasta cierto punto como experimentales? La reciente sentencia del caso Bell v Tavistock del Tribunal Supremo de Inglaterra y Gales es un documento clave que analizaremos en busca de alguna de estas claves.
Health care for trans minors is a challenge at the present time, pediatricians, endocrinologists, families and children and young people themselves faced with a complex cultural context. On the one hand, the need to contact health services is intrinsic to the fact of transsexuality, a fact that is evident in the extensive legislative development in recent years, which has at its maximum exponent the trans law proposal that has recently been approved the government of our nation. However, and although the main purpouse is to end the pathologization of the group, in the context of minors there are many problems to analyze: what is the best interest of the minor? Who can give informed consent and if it is valid under what circumstances? Do minors and families understand that the treatments offered could raise doubts about efficacy and safety for the professionals who care for them, or even that they could be understood to some extent as experimental? The recent Bell v Tavistock sentence of the Supreme Court of England and Wales is a key document that we will analyze in search of some of these keys.
