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María Dapena Gómez
El mal, como el bien, forma parte de la vida y de las personas que integran los sistemas sociales en que se articula la sociedad. En el seno de las organizaciones públicas, la identificación de los diversos perfiles de personalidad asociados a conductas disfuncionales existentes —sin conformar una lista cerrada, pero sí exhaustiva— puede proporcionar ayuda para la mejora del clima organizacional, del bienestar emocional, y de la propia gestión pública, orientada a valores éticos, de respeto, solidaridad y justicia.
