Argentina
Argentina
El presente escrito tiene por objetivo reflexionar acerca de los cuidados sociales en tanto dimensión central de las políticas sociales en la actualidad. A partir del estudio de los Programas de Transferencias Condicionadas de Ingresos (PTCI) en Argentina, buscamos problematizar de qué modo los cuidados sociales constituyen un trabajo, que es incorporado como un recurso en las intervenciones estatales, y que recae sobre las mujeres. Para abordar el objetivo propuesto, se trabajó con entrevistas en profundidad y análisis de documentos, a partir de un diseño metodológico cualitativo. El abordaje propuesto, nos habilita a sostener que los cuidados sociales constituyen un trabajo –no contabilizado ni reconocido como tal– y que es incorporado –aunque desapercibidamente– como un recurso en las intervenciones estatales. Aún más, estas prácticas –que implican el sostenimiento y reproducción de la vida de otros–, no sólo constituyen una contraparte insustituible de estas intervenciones, sino que se incorporan en sus diseños y componentes como un “siempre así”, como el destino por antonomasia de las mujeres, madres y receptoras. A su vez, concluimos que su realización implica tiempos y emociones, y que resulta fundamental analizar las condiciones en que se implementa, así como sus implicancias
The aim of this article is to reflect on social care as a central dimension of contemporary social policy. Based on the study of conditional cash transfer programs (CCT) in Argentina, we examine how social care constitutes work, which is incorporated as a resource in State interventions, and which falls on women.We used in-depth interviews and document analysis, based on a qualitative methodological design, to address this aim. Our approach enabled us to affirm that social care constitutes work, though it is not recorded or recognized as such, and that it is incorporated, though unobserved, as a resource in State interventions. Social care involves sustaining and reproducing the lives of others, and it offers an irreplaceable counterpart to these interventions, as well as being incorporated into their designs and components on an “ever-present” basis as the quintessential destiny of women, mothers and recipients. We conclude that providing social care involves time and emotions, and that it is essential to analyze the conditions in which it is carried out, as well as its implications.