Ricard Martínez Martínez
Las sociedades democráticas han construido a lo largo de las décadas políticas de igualdad que han enfrentado las denominadas categorías sospechosas de la discriminación. Entre ellas nuestra Constitución incluye, como no podía ser de otra manera, la discriminación por razón de género. Este esfuerzo mantiene hoy todo su sentido y resulta esencial para construir una sociedad que debería estar integrada por personas más allá de su género.