El discurso retórico ha sido desde los inicios de la civilización una problemática a tratar por los principales pensadores de la tradición. El tratado paradigmático de retórica de la época clásica se le atribuye a Aristóteles. No obstante, a partir de la edad media sufrió fuertes críticas que lo relegaron a un segundo plano. En la época contemporánea, Chaïm Perelman se encargó de rescatar las bases retóricas del estagirita nutriéndolas de un nuevo objetivo: la persuasión del auditorio. Del mismo modo, su contemporáneo Michel Foucault, investigará qué es la retórica en contraposición a la parresía. El resultado de la unión de las teorías de Foucault y Perelman, junto a la herencia de los clásicos oradores, desemboca en una compleja investigación en torno a la definición, objeto y función de la retórica.