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Julien Buffet, Eduardo Jiménez Díaz Barriga (trad.)
El fracaso de la Unión Soviética y de su proyecto de modernización des-gastó la confianza de la nación rusa, provocando una grave crisis cultural. Con deseos de unirse a las grandes potencias occidentales, el nacionalismo anticomunista de Boris Yeltsin no respondió a las expectativas de los rusos sobre la definición de un nuevo papel histórico mundial de su nación. El viraje de los años 2000 marca la transformación del nacionalismo en un recurso político y su apropiación de Vladimir Putin como líder nacional. Elemento constitutivo del nuevo proyecto de modernización, el nacionalismo de Estado debe servir a la estabilización del país. Éste contempla la re-vitalización del contrato social y la reactualización de la potencia soberana del Estado, en detrimento de un sistema político.
