Atraídos por los bajos costes y la laxitud en los controles, los laboratorios farmacéuticos realizan pruebas de sus productos en África, con menosprecio a la seguridad de sus pacientes. Frente a la multiplicación de accidentes, algunos ensayos han debido interrumpirse. Estos derivados revelan la forma en la que las industrias farmacéuticas utilizan a los habitantes del Sur para resolver los problemas sanitarios del Norte.