Alain Gresh
La visita del primer ministro israelí Ehud Olmert a Washington a finales de mayo pasado confirmó la convergencia de puntos de vista entre Israel y Estados Unidos sobre todos los asuntos de Oriente Próximo: la energía nuclear iraní; la guerra contra el terrorismo; el boicot al Gobierno palestino (véase Kristianasen, Estado de sitio en Palestina). George W. Bush, al tiempo que instiga a su huésped a negociar con Mahmud Abbas, califica de “valiente” el plan israelí de retirada unilateral, que echa por tierra toda idea de Estado palestino independiente. En este contexto regional, Francia se enreda y su voz se hace inaudible.