Patrick Coupechoux
Desde hace veinte años, los sucesivos gobiernos han ido desmantelando, poco a poco, la psiquiatría pública. La supresión de decenas de millares de camas en los hospitales se ha justificado por razones de seguridad pública. Considerados como peligrosos más que como sufridores, muchos enfermos son enviados a las cárceles. Volvemos así a una concepción de “reclusión en un manicomio” que creíamos sin embargo anacrónica.