La secesión montenegrina y la probable independencia de Kosovo relanzan la “cuestión serbia”. Si la Unión Europea reconoce la independencia de Montenegro, debe comenzar a inquietarse por las reacciones de Belgrado. “Serbia es un socio clave para la estabilidad y la seguridad en los Balcanes”, ha subrayado, a mediados de junio, la ministra austriaca de Asuntos Exteriores Ursula Plassnik, cuyo país presidía la Unión Europea hasta el 1 de julio. Además, las negociaciones de adhesión a la Unión Europea están suspendidas.