Sophie Boukhari
El dispositivo instalado en las fronteras de Europa para combatir la inmigración clandestina convierte a muchos países limítrofes en vastas zonas de retención de migrantes. En Marruecos, se cierra el camino a España de diez mil emigrantes y refugiados políticos africanos. Conducidos hacia las grandes ciudades en las que deben instalarse y víctimas de violencias cada vez más duras, estos exiliados son rehenes de una negociación entre Rabat y la Unión Europea.