Tony Fortin
Los videojuegos, industria colosal con una cifra de negocios anual de veinte mil millones de dólares, se revelan poco preocupados por la diversidad política y cultural. Abrazando las teorías neoconservadoras, han sido poco a poco impregnados de los potentes símbolos del 11 de septiembre. Sobre la base de la despolitización de los conflictos y de revisionismo histórico, confunden lucha contra el terrorismo y criminalización de soluciones políticas alternativas que tratan de destruir por la ficción.