Emmanuel Haddad
Desde hace más de medio siglo, ciudadanos de Oriente Próximo de confesión cristiana escogen Francia como tierra de refugio y exilio. Esas diásporas han robustecido sus filas al vaivén de los múltiples sobresaltos sufridos por sus países de origen. Preservar su cultura ancestral y evitar la endogamia para integrarse en la sociedad francesa es para ellas un reto cotidiano.