Clémentine Méténier, Margot Hemmerich
La población de la Reunión se ha cuadruplicado desde que, en 1946, la isla se convirtiera en un departamento francés. Para limitar la presión demográfica y evitar una explosión social, las autoridades siempre han fomentado la emigración a la metrópoli. Pero esta dependencia respecto a Francia priva a los reunioneses de algunos de sus talentos. Cada vez más, los jóvenes aspiran a quedarse y hablar su lengua materna.