Evelyne Pieiller
A principios de la década de 1980, el discurso sobre el “fin de las grandes narrativas” postulaba que cualquier intento de comprender y dar sentido a la historia colectiva era una quimera. El final de las ideologías y de la fe en el progreso fueron variaciones del mismo tema. Hoy, los grandes relatos vuelven, en diversas formas, a proponer futuros posibles.