La irrupción de la pandemia COVID-19 ha acrecentado y certificado los posibles efectos de la insostenible intervención que pretende ejercer la especie humana sobre todos los ambientes, provocando reacciones de respuesta que se escapan de ese ansiado control en la explotación de los recursos del planeta. La presión cada vez más aguda sobre los ecosistemas silvestres, la merma de biodiversidad y la simplificación del funcionamiento de los sistemas biológicos, la degradación de los ambientes ecológicos, la destrucción de los recursos, el incremento de riesgos naturales destructivos y el aumento de la contaminación global, con proyecciones hacia un cambio climático jamás expresado en nuestro planeta con esa acelerada velocidad, pueden ser la causa de que un virus haya pasado desde un animal a la especie humana